Todas las voces de Olga (por Gabriel Martino)








 La Ballesta Magnífica empezó editando una serie de cuatro plaquettes con artículos periodísticos de la poeta Olga Orozco, en ocasión del centenario de su nacimiento.  

En 2020 sobrevino lo que todos sabemos y, aunque los festejos en su Toay natal no pudieron realizarse, la editorial - cuyo nombre proviene de una separata de la revista Canto que ella, junto a Enrique Molina y otros, repartían en la calle Florida- continuó su camino afortunado bajo la deslumbrante estrella de la Orozco.

Marisa Negri, una de las fundadoras de La Ballesta, ha dedicado muchos años al estudio de su obra, publicando primero una antología de su poesía (El jardín posible, En Danza, 2009) y luego una recopilación de sus trabajos periodísticos (Yo, Claudia, En Danza, 2012), de los que nadie se había ocupado hasta entonces.

Olga Orozco trabajó once años para la revista Claudia (1963-74) y en ella desarrolló, bajo por lo menos ocho seudónimos reconocidos –sabemos que hay más- una variadísima gama de asuntos: desde el consultorio sentimental de Valeria Guzmán hasta los temas esotéricos de Richard Reiner. 

En todos los artículos desborda humor, erudición, y una prosa impecable. Título a título –y aún permanecen inéditas, en forma de libro,  al menos sus dos terceras- se despliegan las facetas de una sensibilidad inusual en cualquier disciplina artística.







Imaginamos que  el trabajo con los seudónimos deben haberle procurado, amén del estipendio que recibiría por ello, la oportunidad de ser todas las que era en realidad. ¡Imaginemos tener ese talento!

En 2020 La Ballesta Magnífica publicó cuatro plaquettes, cada una con artículos de un seudónimo  diferente y en 2022, con siete variopintos libros ya en su catálogo y dos en imprenta, vuelve a su primer orozquiano amor, sacando otras dos y prometiendo dos más.  

Se preguntará usted: ¿quién los para a estos?


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